jueves, 6 de febrero de 2014

Angustia de separación

Realmente no sé si  por lo que está pasando mi pequeña es angustia de separación, pero creo que es lo que más se asemeja. Su última bronquitis nos obligó a pasar una noche en el hospital y desde entonces todo cambió. Cuando mis padres me llamaron al trabajo porque mi pequeña no respiraba bien, no imaginé encontrármela así. Jadeaba, no podía hablar y me miraba con ojos asustados. Cuando la vi , me invadieron ganas de llorar, pero intenté ser fuerte, le sonreí y como pude intenté tranquilizarla.  De vez en cuando, me viene a la memoria su carita asustada y aquel jadeo al respirar y me estremezco. Tras 3 nebulizaciones empezó a saturar mejor, pero era necesario controlarla durante 24 horas. 
Al salir del hospital empezó su angustia. Cuando llegó la hora de ir a dormir y comentarle que se iba a la cama, se puso a llorar y a gritar que quería dormir conmigo. Me extrañó porque nunca había llorado, es más, ella solía pedir ir a dormir después de cenar.  Le di las buenas noches y la dejé en su cuna. Se puso histérica, intentaba tranquilizarla, pero gritaba y lloraba. No podía separarme de su lado. Le costó dormirse, pero una vez lo hizo, durmió del tirón. No le di más importancia, pero cuando la dejé con los abuelos para ir a trabajar, volvió a llorar y en mi ausencia preguntaba por mi muy a menudo. Cuando llegó la noche, volvió a romper a llorar cuando le dije buenas noches. 
Desde que se me ocurrió la fatídica idea de dejar llorar a mi niña grande para que aprendiera a dormir, juré que nunca más un hijo mío lloraría por dejarlo solo en su habitación, así que allí estamos, su padre o yo  junto a su cuna, hasta que se duerme. Los dos primeros días era necesario cogerla,acariciarla...ahora, después de una semana, sólo quiere sentir nuestra presencia. 
Lo peor es cuando se despierta por la noche. Desde los 6 meses duerme toda la noche, en un par de ocasiones he tenido que ir a verla, pero nunca ha llorado. Ahora, con 21 meses, se despierta 2 veces en mitad de la noche llorando. Su padre y yo nos turnamos para levantarnos, le lleva su rato volverse a dormir y ya empieza a ser agotador, vamos faltos de sueño.  No es problema de horarios,rutinas o hábitos. Tampoco creo que sean pesadillas, porque también se inquieta al dejarla con los abuelos. Dormía perfectamente en su cunita y me decía adiós contenta cuando me iba a trabajar. Espero que sea temporal, que todo pase, lo que nunca hizo de bebé, lo hace ahora con casi 2 años. 
No sé por qué ese cambio, mi teoría, que se asustó mucho cuando le costaba respirar y su mamá no estaba allí, pero si alguien ha pasado por esto y puede ayudarme, se lo agradezco. 

martes, 7 de enero de 2014

Mis niñas,sus celos y la bronquitis

Un amigo me pidió el enlace de mi blog para pasárselo a su cuñada que acaba de ser mamá. A penas recordaba que lo tenía, hace un año que no entraba en él. Abandoné algo que me costó mucho hacer y de lo que me sentía orgullosa.  A pesar de ser madre por segunda vez, sigo con dudas,miedos y con más cansancio. Sigo consultando cuando me preocupa o ignoro algo, así que si puedo ayudar a alguien, vuelvo con este post.

Mi pequeña tiene 19 meses y ya ha pasado por 6 bronquitis,varicela y virus varios. El ventolín es algo que no puede faltar en casa. Ya sabe lo que es llevar una vía y pasar unos cuantos días encerrada en el hospital.  De momento no es un tema solucionado. Cada mes tiene una recaída y la última ha sido con 15 días de diferencia.  Toma cada día el singulair y aunque parece que no las coge tan fuertes, no se libra de ellas. Su carácter abierto y simpatía cada vez se truncan más. Pasar horas en urgencias y tantas visitas a médicos, han hecho que empiece a ser más arisca con la gente.

Mi niña grande tiene 5 años, no acaba de ver las ventajas de tener una hermanita. Ahora empieza a decirme que ya la quiere, pero fueron muchas las veces que me dijo que no le tenía cariño. Cada vez que enferma su hermanita nos lía alguna. Cuando la pequeña está malita, no se despega de mi y eso enfada a mi princesa mayor.  Desde que la pequeña empezó a moverse y descubrir cosas, la grande se ocupa de quitarle todo aquello con lo que intenta entretenerse.  No hay mas que decir que juega con lo que le han traído los reyes a su hermanita y lo lleva allá donde vaya. Si que hay momentos en que la besa y juega, pero dura poco.  Debe ser muy difícil para ella compartir todo lo que hasta ahora era suyo, sus abuelos,sus juguetes,su tiempo y sobretodo compartir  a sus padres. No sé muy bien como llevar la situación y el mayor problema es que ya no conservo la misma paciencia que antes. Me agoto antes y estoy más irritable. Como a veces digo, mi segunda hija me ha envejecido.
Mi esperanza es, que a medida que crezcan y vayan teniendo algo en común, se unan y sepan la suerte que tienen de tenerse la una a la otra. 


viernes, 18 de enero de 2013

Disciplina positiva,no hay castigos.

Observando a mi alrededor llegué a la conclusión que a  nuestros pequeños parece no importarles los castigos y a veces, mi niña de 4 años, así lo expresaba. Le decía que estaba castigada y me contestaba que le daba igual. Luego lloraba, no aceptaba bien el castigo e insistía en jugar o hacer justamente lo que el castigo le prohibía. Normalmente impones el castigo en plena discusión, cuando ya no sabes que hacer, sin  pensar en ello ni ser lógico,  y en la mayoría de casos lo dices a gritos. Eso está muy bien para desahogarnos y demostrar nuestro poder, pero creo que para los niños no es efectivo, no les enseña a actuar bien. 
Oí hablar de la disciplina positiva y me gustó la manera de enseñar.  Debes tener mucha paciencia y sosiego,algo difícil porque en muchas ocasiones pegarías dos gritos y te quedarías tan a gusto.  Se basa en el respeto,así que nada de gritar, a morderse la lengua y respirar hondo.
No soy una entendida en el tema, pero intento poner en práctica enseñar sin castigos. Eso no quiere decir que no haya normas ni límites, los hay y ella los conoce. Si sobrepasa los límites o no tiene buena conducta, sabe que sus actos tienen consecuencias. Esas consecuencias las sabe de antemano y es mucho más efectivo que decirle que está castigada porque al fin y al cabo ella decide con sus actos.   Si no quiere recoger sus juguetes, no me enfado,los recojo yo, pero como consecuencia, estará 2 días sin jugar con ellos. Si no se lava los dientes, sabe que no podrá comer dulces,chocolate o chuches.  A veces alguna consecuencia no ha funcionado y le he hecho participar a ella para decidir la más apropiada. Al principio le extrañaba que no me enfadara y no le gritara, no tenía mi atención en ese momento,simplemente le recordaba cual era la consecuencia a su acto.  Las consecuencias impuestas parecen castigos, pero al no estar impuestas con rabia o no ser amenazas, las tolera mejor. Con sus 4 añitos, la mayoría de veces ya sabe si actúa bien o no y me he quedado asombrada de como acepta las consecuencias.  No las debate, no se enfada, sabe que muchas veces ella es responsable de su comportamiento.
He de admitir que en ocasiones es difícil,sobretodo cuando ya no puedes más y ella va chinchando, la pobre se lleva algún que otro grito y siempre me dice:¿ Por qué me gritas,yo no te he gritado? 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Hamaca de baño

Al preparar lo necesario para nuestro bebé, buscamos lo que creemos que será mejor, pero a veces no es lo más práctico.  Con mi primer bebé, más o menos sabía lo que quería y en el tema baño tenía claro que quería una bañera. Sabía de la existencia de las hamacas de baño, pero no las veía útiles y pensaba que eran más bien para usarlas de vez en cuando o si viajabas. Compré una bañera de plástico que se ponía sobre unas patas plegables. La bañera era para usarla desde recién nacido hasta el año porque por un lado hacía la forma para que el bebé se tumbara y por el otro estaba habilitado para sentarse. Nos pareció la mejor opción.  Los primeros días,con la emoción del baño y la novedad, no le vi ningún problema, pero al cabo de un tiempo quedé hasta las narices de bañera. Para vaciarla tenía que poner un tubito como desagüe, era lento y mientras vestía al bebé, dejaba la bañera montada en el baño para que se vaciase y allí se quedaba. Cuando tenía que usar el baño, me la encontraba  en medio, entonces la ponía en nuestra bañera para que acabara de escurrir el agua y las patas plegadas las dejabas apoyadas en la pared y si estaba de suerte no resbalaban y se caían. Cuando tenía que ducharme, allí estaba la dichosa bañerita  que debía dejar en el suelo y así iba todo el día moviendo la bañera de un lado al otro. Lógicamente no la usé hasta el año y me deshice de ella. 
Con mi segundo bebé decidí probar la hamaca de baño, no quería el tremendo trasto de la primera vez.   Escogí la de la foto,de plástico,regulable y con ventosas. La uso desde el primer día. Cuando aún no se le había caído el cordón umbilical, ponía la hamaca sobre la mesa, tumbaba a mi bebé en ella  y la bañaba con una esponja. Se aguantaba perfectamente y tenía mis 2 manos con total libertad de movimiento ya que en  la bañera tienes que sostenerlo con un brazo en todo momento. Cuando ya pude bañarla por completo me di cuenta de lo cómodo que es. Pongo la hamaca en mi bañera, la lleno con poca agua y tumbo a mi bebé sobre ella. Mantiene la espalda relajada y sin malas posturas. Ambas estamos tranquilas, ella sin el agobio de sentirse sujeta todo el rato y yo sin la presión que se me escape o resbale. Ocupa poco sitio y en vacaciones me fue genial.
Con 6 meses y medio la sigo usando, ahora se agita y chapotea, pero no se mueve nada, eso sí, ella se agarra a la hamaca por si acaso.

martes, 13 de noviembre de 2012

No hay tiempo

Confieso ser una persona esclava del reloj, la rutina y los horarios son vitales en mi día a día. Eso ayudó a mi niña mayor cuando era bebé,tenía un horario establecido a la hora de dormir y comer, pero ahora está en la época que sólo le interesa jugar.  Puede entretenerse con cualquier cosa y si no tiene nada, pues habla sola. Al vestirse juega, al comer juega, mientras se lava los dientes juega...y eso supone que necesite más tiempo para todo.  Al cabo del día son muchas las veces que le digo que no hay tiempo y se dé prisa. Siento como poco a poco le transmito ese estrés que nos caracteriza a los adultos. Intento prever que se va a entretener e intento hacer las cosas con un margen de tiempo, pero a veces no hay más remedio que meterle prisa. 
Si hay algo que no soporto es llegar tarde y eso me puede, a veces pierdo los nervios cuando veo que se acerca la hora y aún está desayunando o todavía tiene que peinarse. Sabe que es mi punto débil y como tenga ganas de retarme, va más despacio  mientras me mira para que le meta prisa.   Quisiera evitar ponerme nerviosa cuando veo que el tiempo se me echa encima, pero no soy capaz. A veces es inevitable porque se escapa el autobús o debes llegar a la hora al trabajo, pero sé que en otras ocasiones debería ser más flexible, no quiero convertirla en una obsesa del reloj como su madre ni quiero que a sus 4 años empiece a padecer estrés. Intentaré decirle menos veces al día: No hay tiempo!

miércoles, 24 de octubre de 2012

Se acabó la baja de maternidad

Sé que tal y como está la cosa,debo dar gracias por tener trabajo y realmente las doy, pero no puedo evitar sentir rabia,nostalgia e incertidumbre por volver a incorporarme al trabajo tras mi baja de maternidad.
Rabia por tener que separarme de mi bebé tan pronto. Esta vez es más duro que cuando tuve que dejar a mi pequeña mayor.  La experiencia ha hecho que disfrute más de mi segundo bebé, la he mimado a más no poder y ahora se me hace difícil tener que dejarla. Ni siquiera puedo explicarle que mamá no estará para pasear,  darle su biberón o dejarla  en su cunita para hacer la siesta. No entenderá por qué la dejo en brazos de otra persona que no sabe como le gusta que la cojan o acaricien.  Es duro sentir como mi niña  grande me pide que no vuelva a trabajar, ella también me echará de menos, han sido nueve meses juntas y todo un verano compartiendo las 24 horas del día.
Nostalgia por qué esta vez sé que no volveré a disfrutar de este estado maravilloso. Junto a mi marido he creado una familia de 4 y tenemos claro que no queremos aumentarla, así que no volveré a sentir otra vez como crece una vida dentro de  mi. Nostalgia de mis mañanas en el gimnasio junto a mi bebé y nostalgia por ser mimada por unos meses y tener tiempo de cuidarme. 
Incertidumbre porque no sé como lo haré para no acabar con un estado de nervios. Compaginar trabajo y familia no es fácil y sé que me faltarán horas al día. Tendré que correr una maratón a diario dando viajes para aquí y para allá para colocar a mis niñas,recogerlas, jugar con ellas y si queda tiempo hacer todo lo demás.
Sé que dentro de unos días, trabajar y estar con mi familia serán mi rutina diaria, pero ahora siento que una etapa maravillosa de mi vida acaba y espero que la que empieza sea igual o mejor, al fin y al cabo, no hay nada que supere ver crecer a mis niñas y pasar el rato que pueda con ellas.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Le estás malcriando

El blog ya tiene 2 años y desde entonces mi manera de pensar respecto a como criar a mis niñas ha cambiado. Al leer a otras madres, conocí palabras nuevas y empecé a interesarme por ellas. Hasta entonces no había oído hablar de crianza natural, colecho, apego, porteo... Yo no fui criada con ninguna de ellas,pero a pesar de eso tenía claro que mi niña debía recibir todo mi amor y atención.  Muchas veces había oído lo de malcriar en brazos a los niños y a mi madre la primera, es algo que siempre he tenido muy presente. Cuando empecé el blog, mi niña mayor estaba a punto de cumplir 2 años y la críe con 2 reglas que eran básicas para mi: Nunca la metería a dormir en mi cama y mientras iba en cochecito por la calle no la cogería en brazos.  He de admitir que fue fácil seguirlas porque nunca le costó dormir ni tampoco me la lió en el cochecito.  A los 4 meses ya dormía en su cuarto y toda la noche de un tirón. Reconozco haber leído el libro de Estivill y haber aplicado el método, pero nunca lloró más de 2 minutos. Más tarde leí sobre los efectos nocivos del método, pero ya estaba hecho. A pesar de esas 2 normas, siempre le he demostrado mi amor y ha tenido toda mi dedicación, pero intentaba distraerla en ve de tenerla en brazos.
Tengo una niña de 4 años feliz, que come y duerme de maravilla, pero aún así empecé a abrir mi mente a otras maneras de criar.  
Hace 4 meses nació mi bebé y tenía claro que con ella practicaría el porteo y la criaría con apego.    La primera noche ya la metí en mi cama y la segunda y la tercera, no dejaba que llorara en su cuna.  Primero intentaba calmarla según las susurradoras de bebés, pero si al meterla en la cuna lloraba, la dormía a mi lado. No practico colecho, pero no me importaba meterla en la cama para que pudiera dormir. Mi sorpresa fue que a la semana, cuando se dormía en mis brazos y la dejaba en su cuna, no lloraba y si se despertaba seguía durmiendo. Tenía claro que esta vez no dejaría llorar a un bebé en su cuna y si era necesario compartiría mi cama, pero después de estar una semana durmiendo conmigo, empezó a dormir sola sin problemas. Ahora cuando tiene sueño, la estiro y se duerme.
La segunda norma que tenía con su hermana, tampoco la seguí. Recién nacida ya la llevaba todo el día metida en el portabebés, junto a mi piel y mi corazón.  Mi bebé a penas lloraba y tenía que oír constantemente que me equivocaba, que la estaba malcriando y que no lloraba porque siempre la tenía encima. Esta vez eso no me influiría y seguía pegadita a mi bebé.  Si algo sé, es que crecen muy rápido y en seguida lo único que quieren es correr por aquí y por allá. Con 4 meses sigue siendo un bebé que a penas llora y que va sin problemas en cochecito o se está en su hamaquita.
Creo que no hay una sola crianza con apego y respeto, que no es la suma de colecho, amamantar,no trabajar fuera de casa o usar pañales lavables. Con mi niña mayor no funcionó la lactancia materna y siempre dije que con un segundo bebé no lo volvería a intentar, pero volví a probarlo. Tuve más problemas aún y aunque la alimente con biberón lo hago con amor y respeto.
Ahora mimo más a mi niña grande y siento no haberlo hecho antes, pero nunca es tarde para comerse a besos a nuestros peques.
La crianza es un camino de aprendizajes y experiencia, recorreré ese camino e intentaré satisfacer las necesidades de confianza, protección y afecto de mis niñas.